Un centro de pruebas in situ ofrece a las fábricas ventajas cruciales en el control de calidad. Las pruebas internas aceleran el proceso de certificación según las normas del sector (p. ej., ISO, ASTM), eliminando las demoras de terceros. También mejora la trazabilidad al generar informes de cumplimiento instantáneos para clientes y organismos reguladores. Con plazos de entrega más rápidos y menores costes de externalización, las fábricas obtienen un mayor control sobre su cadena de suministro, a la vez que generan confianza mediante un control de calidad transparente.