Integrar un centro de I+D en una fábrica ofrece importantes beneficios, mejorando tanto la innovación como la eficiencia operativa. La I+D in situ permite la resolución de problemas en tiempo real, reduciendo el tiempo de inactividad y optimizando los procesos de fabricación. Fomenta la colaboración entre ingenieros y equipos de producción, garantizando que las innovaciones sean prácticas y rentables. Además, las fábricas con capacidad de I+D pueden adaptarse rápidamente a las demandas del mercado, personalizar productos y mantener una ventaja competitiva.